La derecha tradicional latinoamericana calla, tiembla y refunfuña casi al mismo tiempo cuando escucha hablar de eventuales nuevas leyes de medios en los países de la Patria Grande, donde tienen bajo su control poderosos emporios mediáticos, en contubernio con otros norteamericanos y europeos.
Unas recientes declaraciones del expresidente brasileño Lula da Silva en Sao Paolo, sobre la necesidad de transformar la prensa en el gigante sudamericano, estremecieron nuevamente como un verdadero terremoto a los sectores conservadores de esta región, que se reniegan a perder el dominio de la información, o mejor dicho, de la desinformación y la manipulación.